miércoles, 2 de abril de 2008

Fuego cruzado

Guatemala, 2 Abr (Cerigua).- En medio de la turbulencia que rodea al país, las y los periodistas que cubren los hechos para trasladarlos a los lectores, escuchas y televidentes, se están quedando entre el fuego cruzado y deben arriesgarse para cumplir con su deber, dada la inseguridad generalizada y la incapacidad de las autoridades.

De acuerdo con la columna Eclipse, de Ileana Alamilla, publicada en el diario Prensa Libre, la semana anterior se conoció de dos hechos que son el preludio de escenarios indeseables para el ejercicio periodístico; dos grupos de reporteros que retornaban de la cobertura de una actividad internacional, fueron interceptados por los narcos involucrados en los hechos ocurridos en Zacapa.

Estos individuos los amenazaron con armas de fuego, les robaron un vehículo, los intimidaron y colocaron su integridad en peligro, también en San Juan Sacatepéquez colegas de Notisiete y Telecentro 13, que cubrían las manifestaciones de inconformidad por la instalación de la cementera, fueron rodeados por una turba enardecida que los insultó, amenazó con quemarlos y los golpeó.

Justo en esa misma semana, la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dio a conocer, en un estudio especial las investigaciones sobre el asesinato de periodistas de 1995 al 2005, que 157 periodistas de 19 países fueron asesinados.

La mayoría de estos homicidios se concentró en Colombia, Brasil y México, donde se destaca que los motivos pudieron estar relacionados con la actividad periodística; Guatemala aparece en el cuarto lugar con nueve asesinatos; según el relator Ignacio Álvarez pueden provenir del narcotráfico, el crimen organizado, los paramilitares y grupos armados disidentes.

En México, un estudio del Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), reveló que existen indicios de que tres de cada 10 agresiones en contra de la libertad de expresión fueron cometidas por la delincuencia organizada en 2007; cada semana ocurrió una agresión en ese país, que a pesar de no estar en guerra, ha sido como el más peligroso para ejercer el periodismo, después de Irak.

La Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia (FLYP), en su informe “El desafío de informar”, reveló que el año anterior se reportaron 162 agresiones a la libertad de prensa, una cada dos días y 16 profesionales tuvieron que abandonar sus lugares de origen.

Los actores que establecen limitaciones a la libertad de expresión son variados, utilizan metodologías diversas, actúan desafiando la legislación y pretenden silenciar, acallar, censurar y generar autocensura; ya lo dijo la Relataría: los Estados deben tomar conciencia sobre la existencia de un problema extremadamente grave que va en ascenso, concluyó Alamilla.

Fin Cerigua

Mc-Ld

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