“Narcos son la vergüenza de este país”, afirma religioso católico

Guatemala, 7 Abr (Cerigua).- Las operaciones de los grupos del narcotráfico están presentes en todo el país, como una mancha de aceite que invade todo, señaló el religioso católico Víctor Ruano.

Ruano señaló, en una columna de opinión publicada en Prensa Libre el pasado domingo, a la región del suroriente de Guatemala, como una de las más plagadas por el narco, que “no reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas, ataca por igual a ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres”, como lo expresaron los Obispos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida, Brasil.

De acuerdo con el religioso, las noticias reportan hechos esporádicos sobre las operaciones de los cárteles, pero no hacen gala de un periodismo investigativo de profundidad y crítico, que permita desenmascarar la podredumbre que ello encierra y lanzar alternativas para “una lucha frontal contra el consumo y tráfico de droga”.

El columnista consideró que las autoridades estatales y locales conocen sobre este problema, pero son incapaces; estos grupos ilegales suscitan admiración en algunos sectores, que generan temor entre empresarios y comunicadores de los medios, por lo que evitan investigar e informar estas acciones.

Los narcos se están convirtiendo en un ideal para las jóvenes generaciones, para ciertas familias y negocios que ven en estas bandas una oportunidad para resolver diversos problemas económicos y de pobreza, así como para los políticos, con el fin de alcanzar el poder, agrega la publicación.

Urge hacer algo antes de que sea demasiado tarde, agregó Ruano, al indicar que el estado, la sociedad civil, la comunidad internacional y las iglesias no deben ser indiferentes a esta situación, que destruye a la humanidad.

De acuerdo con el religioso, la iglesia católica asume su compromiso en la prevención, que va en la línea de una educación en valores a toda la sociedad; el acompañamiento, que se centra en las víctimas, como el drogadicto para ayudarlo a recuperarse, y el apoyo al sostén de las políticas gubernamentales, que va en la dirección de la erradicación de la droga, su consumo y comercialización, en la denuncia de la criminalidad de los narcos, que negocian con vidas humanas.

Es necesario que el estado asuma su responsabilidad con firmeza y legítimamente para erradicar el poder de los narcotraficantes que son una vergüenza para el país, concluyó Ruano.

Fin Cerigua

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