viernes, 2 de mayo de 2008

Pandilleros reclusos muestran poderío y terror en las cárceles

Guatemala, 2 May (Cerigua).- La vulnerabilidad en que se encuentran las cárceles en Guatemala quedó evidenciada de nuevo, cuando pandilleros, entre ellos algunos que están condenados, del centro preventivo de Chimaltenango retuvieron a autoridades del penal y decapitaron a Jorge Mendoza, subdirector de esa institución.

La muerte de Mendoza se produjo la noche del jueves último, luego de que fuera retenido por los internos junto al alcaide y tres guardias; al filo de la media noche los reos entregaron a los cuatro sobrevivientes y minutos después el cadáver del subdirector.

El fallecido estaba decapitado y le fueron arrancados los brazos y los ojos, indicaron a la prensa los Bomberos Voluntarios, quienes acudieron a la referida cárcel para auxiliar a las autoridades, entre ellos los guardias Pedro Toj Hernández, Benjamín De León y Ronald Enrique Galicia Eliézar, que tenían golpes en la cara, mientras que el alcaide Kilder López Alay resultó con tres costillas fracturadas.

El vocero del Sistema Penitenciario, Nery Morales, reconoció que está claro que hacen falta cárceles para este tipo de personas, “mareros” o pandilleros, que resultan demasiado peligrosos y atentan contra la vida de cualquier persona.

Hasta el momento se desconoce oficialmente qué motivó a los internos a tomar tal acción, sin embargo Morales afirmó a los medios que el problema se originó posiblemente tras la detención de dos mujeres que intentaban ingresar droga al penal, el pasado miércoles.

Con este nuevo hecho se demuestra de nuevo la vulnerabilidad en que se encuentran las cárceles en Guatemala, donde son frecuentes los motines, las fugas de reos, o intentos, las extorsiones, el consumo de droga y un sin fin de ilícitos, como lo han denunciado la sociedad organizada, analistas y lo reconocen las autoridades.

Una investigación del periódico El País, de España, señala que la situación en las cárceles guatemaltecas ha degenerado hasta tal grado que los centros, lejos de cumplir con su misión de redimir al reo y devolverlo a la sociedad convertido en un ciudadano útil, se han transformado en auténticas universidades del crimen.

Raterillos de poca monta abandonan los presidios, tras cumplir su condena, convertidos en delincuentes de alta peligrosidad; quien va a parar a las cárceles por cualquier falta o delito es víctima de las extorsiones de las mafias internas y si tiene capacidad económica, puede acceder a comodidades como casa propia dentro del recinto, licores, drogas y hasta prostitutas, señala la información.

Fin Cerigua

Jp-Ld

No hay comentarios: