jueves, 8 de mayo de 2008

Amigos y revolucionarios se pronuncian por desaparición física de Ernesto Capuano

Guatemala, 8 May (Cerigua).- Es difícil entender porqué personajes como Ernesto Capuano del Vecchio, útiles a la patria, se ven obligados a brindar sus conocimientos, su fuerza y energía y hasta dejar su vida en otro país, señaló Miguel Ángel Albizures en un artículo de opinión con motivo del fallecimiento en México del ex funcionario del gobierno de Juan José Arévalo, también conocido como “el cónsul ad honorem”.

Albizures destacó que Capuano anhelaba volver a Guatemala, como lo manifestó en diversas ocasiones; recién, en marzo de 2007, cuando vino al país, se reunió con lideres de distintas organizaciones a quienes insistió en la necesaria unidad del movimiento social y de las posiciones políticas de izquierda, para hacer avanzar el proceso de democratización y convertirse en una alternativa real de poder.

Hablar de Capuano es hablar de toda una entrega a la causa de la democracia; sufrió su primer exilio en 1938, cuando era estudiante de derecho, a la edad de 24 años y la dictadura ubiquista estaba en su apogeo; posteriormente, muchos años después, en su segundo exilio en 1954, puso sus conocimientos y relaciones políticas al servicio de los expulsados por las dictaduras de América Latina.

En 2001, el gobierno de Alfonso Portillo le ofreció la Orden del Quetzal y un apoyo económico mensual, que Neto Capuano, como era de esperarlo, rechazó, al considerar que no podía aceptar la ayuda de un gobierno neoliberal poco o nada preocupado por el futuro del pueblo.

El sociólogo guatemalteco, Carlos Figueroa Ibarra, uno de sus amigos cercanos en México, recordó que Ernesto Capuano era un acucioso lector, a pesar de su escasa vista; hablaba con entusiasmo citando datos estadísticos, hechos y personajes para demostrar la injusticia y la obsolescencia del capitalismo.

Nuca fue un ideólogo notable del movimiento revolucionario guatemalteco; tampoco fue un líder carismático y de arrastre de masas, como lo fueron Víctor Manuel Gutiérrez y Leonardo Castillo Flores; ni un templado y osado conspirador, como en su momento lo fue Carlos Paz Tejada; no obstante, la memoria de Ernesto Capuano del Vecchio perdurará por muchos años y la estela que deja en su paso por la vida es ancha y turbulenta, su legado es sobre todo ético, subrayó Figueroa Ibarra.

En Guatemala, organizaciones de izquierda, jóvenes, hombres y mujeres universitarios, emitieron un comunicado en ocasión de la desaparición física de Ernesto Capuano, en el que destacan que la muerte en México, de este luchador y comunista de toda la vida, viene a demostrar que aún no se puede vivir en este país.

Por ello, los representantes de las agrupaciones que signan el documento subrayan que la partida de Ernesto Capuano no es una muerte, pues su ejemplo de constancia, solidaridad y apoyo a todas y todos los necesitados ha de servir de ejemplo, luz y guía.

Fin Cerigua

Ld-Ld

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