Guatemala, 12 May (Cerigua).- El movimiento de 1968 en Paris, donde los estudiantes tomaron las oficinas de la administración exigiendo libertad de expresión política en la facultad de Sociología, fue un punto de partida para lograr cambios estructurales en el mundo, dijo Ana María Rodas.
A decir de Rodas, en su columna “Las mujeres, ese año”, publicada en el suplemento elAcordeón, a 40 años de gestarse ese movimiento se han escuchado lamentaciones y golpes de pecho porque éste fracasó, consideraciones que están amarradas a un conservadurismo político de izquierda anclado.
Según la feminista, para la vida de las mujeres la situación cambió, pues se separaron de los movimientos revolucionarios masculinos para comenzar a reunirse en pequeños grupos, a revisar su relación con los hombres y con la sociedad en su conjunto.
Rodas subrayó que la población femenina adquirió una igualdad sexual en el campo del trabajo y al mismo tiempo conquistó la diferenciación al hacerse dueña de su propio cuerpo.
La profesional indicó que la liberación sexual produjo brujas, lesbianas y mujeres libres, pues adquirieron en los sesenta con el esfuerzo y las luchas, el derecho a pensar, a actuar, al goce, al juego y al descanso.
La irrupción masiva de las mujeres en el ámbito del trabajo y su consiguiente independencia económica significó, junto con la comercialización de la píldora anticonceptiva, el disfrute de una autonomía que jamás ninguna mujer había tenido en la historia desde la época del aparecimiento de la propiedad privada, subrayó la columnista.
Finalmente, Rodas enfatizó que lo que la población femenina deseaba era vivir y no vivir para otros, el feminismo, una corriente del pensamiento inaugurada ya siglos antes, encontró a sus más ardientes patronas y divulgadoras en ese año.
Fin Cerigua
Mm-Ld
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