Guatemala, 24 Abr (Cerigua).- Debido a que el Congreso de
Eugenia Solís, durante una reunión con columnistas, expresó que la base legal de las normas mineras debería ser el conjunto de derechos humanos, especialmente los económicos, sociales y culturales, así como los incluidos en el Convenio 169 de
Solís señaló que otro de los puntos preocupantes es la forma en la que se aprueban los EIA, que son elaborados por personeros de las concesionarias y aceptados por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), sin ningún tipo de verificación o socialización previa.
La abogada enfatizó que a las mineras no se les cobra la utilización del agua, las compañías acaparan los recursos de los poblados donde están establecidas, contaminan las fuentes cercanas y la que desechan a los ríos contiene cianuro y otros metales dañinos para la salud de las personas.
Las empresas son exoneradas del impuesto de importación de insumos, maquinaria, equipo, repuestos, accesorios, materiales y explosivos; pagan solamente el uno por ciento de las regalías al estado, sin que éste compruebe si es el respectivo pago y las sanciones no son acordes a los daños ambientales registrados luego de las extracciones, añadió la profesional.
A través de consultas comunitarias y municipales, las poblaciones han dejado en claro que no quieren minería, pero los resultados han sido en diversas ocasiones descalificados por el estado, situación que atenta contra la soberanía de los indígenas y la protección de los recursos naturales, señaló la ambientalista.
El papel que juegan las municipalidades, la institucionalidad, el ordenamiento territorial, el libre acceso a la información, la transparencia, así como el monitoreo ambiental, las prohibiciones sobre el vertido y la utilización de substancias tóxicas son otros puntos que deben incluirse en las propuestas de reforma que deben ser formuladas teniendo en cuenta la vigencia de los derechos humanos, concluyó Solís.
Fin Cerigua
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