viernes, 4 de abril de 2008

Incertidumbre ante la llegada de TV Azteca

Guatemala, 4 Abr (Cerigua).- La compra del 70 por ciento de las acciones de Botrán y familia en Latitud Televisión por parte de Televisión Azteca, pone al consorcio propietario de las canales 3, 7, 11 y 13, un competidor que puede arrancarle audiencia y facturación publicitaria, pero sin que esto represente un incremento de calidad respecto a lo que ya existe.

De acuerdo con la columna de Gustavo Berganza, publicada en el diario elPeriódico, hasta octubre de 2007 la pauta publicitaria ascendía a Q101.5 millones, según a datos de Ad Bank Center; el peso de la televisión en el mercado publicitario es tal que cada Q10 pautados recibe Q7, por supuesto, con la dispersión generada por el crecimiento del cable, la participación de la televisión abierta; se ha reducido el reparto del pastel.

Según Berganza, se desconocen cuáles son las expectativas de Salinas Pliego, pero cree que convertir Latitud en un competidor creíble para los canales de González le va a representar altos costos durante un largo periodo de tiempo.

En primer lugar, las dos frecuencias de Latitud son UHF, para cuya recepción sin cable se necesita de una antena especial, en este sentido, los canales de González, en particular el 3 y el 7, llevan las de ganar, por su extensa red de repetidoras, que permiten sintonizarlos sin necesidad de estar suscritos a la televisión de pago.

TV Azteca tendrá que gestionar nuevas frecuencias y a la vez, negociar con los distribuidores de cable para ser incluidos entre los canales que estos difunden, esto último como lo comprobó Prensa Libre con Guatevisión, implica esfuerzos y gastos adicionales.

Esta televisora podría marcar la diferencia si realizara producción local, algo que aparentemente no entra en sus palabras, porque lo que empezó a negociar Latitud es encontrar un nuevo vehículo para vender lo que ya difunde México.

Podría también desarrollar un noticiero que le pusiera punto a los que ya existen; sin embargo, la experiencia del Canal 13 de El Salvador nos demuestra que Salinas Pliego y sus ejecutivos, al igual que su paisano González y su equipo, siempre están prestos a atender llamaditas de políticos y empresarios para censurar los programas informativos que difunden los canales, dijo.

Vistas así las cosas, la euforia que despertó la llegada de TV Azteca a Guatemala es totalmente injustificada, porque lo que ofrece no es una programación novedosa, ni una posibilidad para difundir la cultura guatemalteca, ni mucho menos ampliar la oferta informativa que uno ve en la televisión nacional.

Fin Cerigua

Mc-Ld

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