lunes, 24 de marzo de 2008

Álvaro Arzú intenta tapar bocas nuevamente

Guatemala, 24 Mar (Cerigua).- En días pasados, un abogado de apellidos Estrada Flores presentó un memorial ante la Inspección General de Trabajo, donde solicitaba información sobre el estatus laboral de Enrique Naveda, un periodista que a decir del jurista puede ser de nacionalidad española y es autor de notas consideradas agraviantes por el alcalde capitalino.

De acuerdo con la columna del director de elPeriódico, Juan Luis Font, publicada en ese diario, el jurista se acreditó como mandatario de la Municipalidad de Guatemala, por medio de un poder concedido por el mismo alcalde, para solicitar información sobre el comunicador.

Naveda ha publicado algunas notas en relación a la comuna capitalina; entre ellas, que ha quedado claro que ahí no hay deliberación y que ni el alcalde ni los concejales le prestan mayor atención a los temas sometidos a voto, puesto que Arzú tiene aplastante mayoría en el Concejo, la sesión no toma más tiempo que el que le lleva al secretario leer la carta, señaló.

También pudo haberlo molestado que Naveda reportara que los días miércoles, los concejales cobran doble dieta por extender un poco más su trabajo, en suma cada miembro del concejo se dedica 20 minutos a la sesión y recibe 2 mil 400 quetzales más; Arzú se ha molestado hasta el punto de procurar la persecución legal de quien describe sus prácticas, dijo Font.

En todas las ciudades del mundo, la prensa procura abrir las deliberaciones del Concejo Municipal, concebido como cuerpo colegiado en el cual se toman medidas relevantes para la vida de los vecinos, al ventilarse esos asuntos, los ciudadanos se forman opinión sobre los temas que los atañen y pueden participar en la vida pública de manera más articulada, manifestó.

La municipalidad de Arzú, en cambio, ha intentado poner obstáculos a la cobertura, ha exigido que el reportero asignado se presente con antelación y exhiba una cédula de identidad antes de entrar a la sala.

Según Font, el talante político del alcalde es de un déspota no ilustrado, pero la idea de perseguir a un periodista por el simple hecho de disgustarle lo que éste publica lo pone a la altura de otros antecesores suyos en la presidencia, Jorge Ubico, Manuel Estrada Cabrera, o el general Lucas García, a quien sirvió en sus mocedades.

En elPeriódico estamos acostumbrados a sus pataletas, cada vez que se publica una letra que le disgusta, envía carta de queja a la Embajada de Estados Unidos, con copia a este diario, talvez con la vana esperanza de que una palabra de ellos baste para silenciarnos; ahora ensaya otras artimañas, pero va a necesitar mucho más que eso para callarnos, concluyó el columnista.

Fin Cerigua

Mc-Ld

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