Guatemala, 30 Abr (Cerigua).- Nuestro país está sufriendo el embate de poderes ocultos que se amparan en leyes mal redactadas o en sitios donde la vigilancia es poca para ejercer el lavado de dinero, involucrando a miles de personas, jóvenes, adultos y ancianos, necesitados de trabajo y de medios para subsistir.
De acuerdo con la columna “Los poderes ocultos y los paralelos” de Rodolfo Custodio, publicada en la revista “Polémica”, de Quetzaltenango, correspondiente al mes de abril, hay poderes ocultos de diferente naturaleza, que tienen mucha ventaja frente al demás conglomerado y disfrutan de granjerías no comunes, así como del favor y de la amistad de diputados, ministros, jefes policíacos y otras autoridades del país.
El tráfico de estupefacientes y de personas, mujeres para prostituirlas y niños para exportarlos con quien sabe qué fines aviesos, forman parte de estos poderes ocultos que han invadido a nuestra patria, destruyendo los principios morales y éticos de sus pobladores.
Éstos, son realmente espeluznantes y ejercen una influencia terrible en el conglomerado guatemalteco, con el agravante de que la mayoría de habitantes tiene gran confianza con ellos y se enquistan en el punto en el que literalmente co-gobiernan junto a las autoridades legítimamente constituidas a través del voto popular, señala el artículo firmado por Rodolfo Custodio.
Prácticamente se habla de otra Guatemala, con la que nosotros no quisiéramos coexistir; en la de asesinatos, pleitos, robos, anarquía, impunidad y otra serie de lacras con los que se distrae a la población, mientras los poderosos realizan labores de “gran magnitud” que afectarán a los habitantes, dijo el columnista.
Los poderes fácticos no hacen gobierno conjuntamente con las principales autoridades, pero son dueños de una gran cantidad de voluntades habida cuenta que su imperio está dentro de las mayorías; en ese entorno sobresale en nuestra patria la empresa periodística y la iglesia católica, a veces éstas actúan de común acuerdo y toman una fuerza incontenible.
Buen ejemplo de esto es la modalidad copiada de la capital mexicana de entrevistar cada domingo al Cardenal máximo jerarca de la iglesia católica sobre tópicos que, según lo dicta la lógica, corresponden a los que gobiernan las naciones del mundo materialista o humanista, pero jamás tienen una connotación espiritual que es el espacio que les corresponde.
Ahora Guatemala enfrenta una vez más el embate del cardenal Quezada Toruño, a quien la prensa, otro de los poderes fácticos, cubre con toda la religiosidad sus sermones, que no son más que mítines políticos disfrazados de misa, indicó Custodio.
Fin Cerigua
Mc-Ia
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