Guatemala, 15 Abr (Cerigua).- Entre 1977 y 1978 se gestaba en diferentes municipios del Quiché y de Chimaltenango, un movimiento que le decía a los campesinos que era necesario que todos tuvieran la cabeza clara, un corazón solidario y un puño combativo para la conquista de sus derechos, recordó Miguel Ángel Albizures, en su columna “El CUC en la Historia”, publicada en elPeriódico.
Albizures señaló que el Comité de Unidad Campesina (CUC) comenzó esa labor en distintas aldeas, convenciendo a los campesinos que la pobreza no era la voluntad de Dios, que el trabajo en las costas era infrahumano y no podía permitirse ese tipo de explotación que atentaba contra su dignidad.
El activista expresó que hace 30 años dicha organización empezó a exigir lo que exige hoy, y lo que anhelan desde hace décadas, su derecho a la tierra, al trabajo y al salario justo.
El 15 de abril se cumplen 30 años que bajaron de sus comunidades y salieron a la luz pública con sus peticiones estampadas en petate y las letras grandes del CUC (ardilla en varios idiomas mayas), reivindicando en las calles los derechos del campesinado que sólo conocía de galeras infrahumanas, de muerte en los cañaverales, cafetales y algodoneras.
El columnista relató que una de las movilizaciones más grandes que realizó la agrupación se llevó a cabo seis semanas después de la masacre de la Embajada de España; más de 80 mil campesinos indígenas estaban en las carreteras y fincas de la costa sur exigiendo justicia y logrando un salario mínimo de Q3.80; hoy, cuando toman las carreteras, sus reivindicaciones son las mismas.
Fin Cerigua
Rp/Ld-Ld
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