lunes, 5 de mayo de 2008

Periodismo, el cuarto poder

Guatemala, 5 May (Cerigua).- En el Newseum, el museo dedicado al periodismo recién abierto en Washington D.C., cada mañana se pueden leer las primeras páginas de los 80 periódicos más importantes del mundo, transmitidos por satélite al espectacular edificio, además de la más grande biblioteca del mundo, la Library of Congress.

De acuerdo con la columna “Piedra de Toque”, del escritor y periodista Mario Vargas Llosa, publicada en el diario “elPeriódico”, el Newseum tiene méritos suficientes para alternar con aquellas instituciones, la cara más oculta y civilizada de este país; empezando la visita por el sexto piso y bajando por el sótano, el visitante recibe un curso gráfico y caudaloso de la evolución de la información.

Vargas Llosa señala que el periodismo, bautizado como “cuarto poder” del Estado con cierta modestia, en algunas circunstancias se convierte en el primero; ha sido su mejor expresión, un factor esencial del progreso y modernización, dinamitando prejuicios y aboliendo ignorancias que impedían la comunicación entre culturas, países e individuos.

Éste contribuye de manera decisiva a denunciar y poner fin, al menos atenuar, injusticias e iniquidades como la esclavitud, el racismo, la xenofobia y en general, los crímenes y atropellos contra los derechos humanos, así como a impulsar la cultura democrática ejerciendo la libertad de información y el derecho a la crítica.

Una de las secciones más emotivas del museo está dedicada a las mujeres y hombres que, practicando su profesión, fueron secuestrados, encarcelados, torturados y asesinados en cinco continentes; se trata de una estadística abierta -se renueva cada día- que, en vez de disminuir, se ha ido acrecentando en los últimos años.

El escritor y periodista afirma que después de la literatura, no hay actividad o profesión más apasionante que el periodismo; ninguna que haga vivir tanto la vida como una permanente aventura, que exponga a quien lo practica a tantas experiencias sobre la condición humana y sus infinitas manifestaciones y ramificaciones.

Por obvias e inevitables razones el Newseum está centrado principalmente en la experiencia estadounidense y, aunque en sus nutridas salas figuran también bastantes aspectos del periodismo europeo, asiático, latinoamericano, el africano brilla por su ausencia, en lo que concierne a estas regiones queda todavía mucho por mostrar.

El columnista indica que a lo largo de la historia, el periodismo en Estados Unidos ha gozado de una libertad extraordinaria, para criticarlo todo, sin eufemismos ni pelos en la lengua; no hay país que se haya sometido a una autocrítica semejante; no siempre fue fácil, hubo muchas batallas y obstáculos en el camino.

Aún en los períodos más difíciles, los años del macartismo, por ejemplo o el recientísimo de los escándalos de Abu Ghraib y Guantánamo siempre aparecieron órganos de prensa y periodistas que se enfrentaron a los intentos de censura del gobierno o de los poderes fácticos -las fuerzas armadas, las corporaciones, las iglesias, los sindicatos- y fueron a pelear a los tribunales y la justicia terminó dándoles la razón, concluyó Vargas Llosa.

Fin Cerigua

Mc-Ld

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